Año 2034, últimos días de primavera en los Estados Unidos, y en el campo de entrenamiento del New England Revolution, en la ciudad de Foxborough, Massachusetts a unos 35 km al suroeste del centro de la ciudad de Boston, se encontraba el legendario jugador y figura del fútbol mundial, Charly William Johnson, el mejor jugador de la historia del fútbol estadounidense (o soccer, como ellos lo llaman). El mundial de fútbol 2034, a disputarse en China, se avecinaba, cada vez faltaba menos para que la selección estadounidense liderada por Charly W. Johnson vaya en busca de la ansiada copa del mundo, que se le había negado en el 2030, perdiendo la final frente al seleccionado de Marruecos por penales.
Mediados de junio y ya había comenzado China 2034, luego de una fase de grupos sencilla para la selección de Estados Unidos, con Johnson como figura y ganando ambos partidos del Grupo E, a Camerún 3-0 y a Lituania 4-0, el equipo yankee encaraba la fase final de la copa con total confianza.
Posteriormente, por dieciseisavos de final, le ganaría a Macedonia 3-1, para luego enfrentarse en octavos a su clásico rival, México, y salir vencedores luego de un 2-1 muy parejo. En cuartos se encontrarían con otro equipo americano, Costa Rica, y lograrían pasar a la siguiente fase mediante un 2-0, para después cruzarse en semifinales con uno de los candidatos al título, ese equipo era China, la anfitriona de la copa, que finalmente, luego de un encuentro épico y con C. W. Johnson como figura estelar, los Estados Unidos lograrían imponerse 3-2 por sobre los chinos, para poder asegurarse nuevamente ese lugar en la final.
Llegaba el gran día, era hora, el mundo del soccer estaba esperando ese momento, esa revancha, esa segunda final contra Marruecos. El historial y las estadísticas acompañaban a los africanos, pero Charly William Johnson, se había preparado para que esa fuera su final, para que sea el momento de levantar la copa, su copa. Luego de un partido disputadísimo y un 0-0, Estados Unidos merecía mucho más, no había alargue, así que irían directo a los penales para definir al campeón mundial. Charly siempre quería patear primero, pero ese día, tuvo un presentimiento y le pidió a David Beckham, quien era el entrenador de esa selección, patear el penal más tarde. Comenzó la tanda de penales en Pekín, con el capitán marroquí pateando primero, y errando ese primer penal luego de una desastrosa ejecución, a esto le siguió una seguidilla de ejecuciones maravillosas por parte de ambos seleccionados, 4-4 igualados a falta de un lanzamiento, llegó el momento del 5to penal para Estados Unidos.
¿Y quién sino? Era el momento de él, que se había preparado para esto, que había sido fundamental durante toda la copa, que no había podido en el 2030 en la final en La Bombonera, que tuvo un presentimiento, Charly W. Johnson se acercaba caminando tranquilamente al punto del penal, ya sabía lo que tenía que hacer, no estaba nervioso, tampoco tenía miedo, ya no le tenía miedo a nada, tomó carrera, y ante los ojos del mundo y del arquero marroquí, la empalmo suavemente, con una delicadeza sublime, y el arquero, que se tiró a la derecha, no tuvo nada que hacer, nunca se lo espero, nunca se espero semejante definición por parte de Charly, que incluso antes de que la pelota entrase, cayó de rodillas al verde césped del Estadio Nacional de Pekín, para que todos sus compañeros lleguen corriendo a festejarlo con él luego de unos instantes, lo había logrado, Charly lo había logrado, pudo finalmente regalarle al mundo del soccer estadounidense una Copa del Mundo.
PERO QUE VIVA EL SOCCER CHARLY !!!
Días después, luego de haberse consagrado, Charly regresó a su hogar en Wausau, Wisconsin, y ya en su casa, sentado en su sillón y abrazado a la copa del mundo que tanto le costó conseguir, tomo un revolver y se quitó la vida.
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